La sociedad de la información presenta una realidad en permanente cambio.
Los medios de información y comunicación social mantienen en tensión al
mundo entero con el gran caudal de contenidos que circula por las distintas
vías, manteniéndonos expectantes y prácticamente acostumbrados al
dinamismo permanente y la innovación constante en todo en lo que circula en
internet y los servicios que día a día están a nuestro alcance.
Estos instrumentos pueden ser un excelente aliado del docente, puesto que
facilitan instancias de producción desde una diversidad de lenguajes,
poniendo en jaque la clásica postura del alumno consumista, que sólo recibe
información y la reproduce. Por ende, se perciben a estos recursos como
facilitadores de los procesos de enseñanza-aprendizaje, llegando a convertirse
en herramientas que todo docente debería tener en cuenta dentro de sus
prácticas pedagógicas.
La diversidad de servicios que ofrece internet (y los nuevos medios) como
posibilidad de interacción es amplísima, tanto que prácticamente lo virtual se
está convirtiendo en una extensión del contexto real (tangible) que
habitamos. Basta con entrar en servicios de redes de publicación de
contenidos para percibir las transformaciones que van sucediendo desde
diferentes aspectos: educación, investigación, entre otros.
Niños/as y jóvenes son quienes evidencian estos grandes cambios al alternar
distintas formas de comunicarse, integrando diversos lenguajes y medios e
instalando una especie de naturalización de esta simultaneidad entre lo virtual
y el mundo físico. Asimismo, sus destrezas son diferentes de las de los
adultos, pues su contacto con la tecnología no resulta algo extraño que deben
incorporar sino que se da simultáneamente con su proceso de alfabetización
(tradicional), y logran así maximizar los usos de acuerdo a sus necesidades.
Muchas veces nos asombramos al ver a jóvenes que en sólo unos segundos
han comprendido la base del funcionamiento de un juego, un software, o los
intrincados mecanismos de interacción múltiple que establecen al combinar
mensajería instantánea, lecturas varias, videos, y un amplio recorrido en
zapping veloz por cuanto sitio web atrape sus intereses. Cabría, en todo caso,
reflexionar respecto de cuáles son los aprendizajes que capitalizan de estos
medios, cómo podemos –nosotros, inmigrantes digitales– enriquecer esos
mundos compartidos con nativos digitales, sobre todo para potenciar los
procesos de conocimiento.
Definición de W eb 2.0
Mucho se ha teorizado respecto a este concepto que se ha introducido en
estos últimos tiempos para definir nuevas formas de interactuar en la web,
intentando destacar una clara diferencia, sobre todo, en el comportamiento de
los usuarios, respecto a la conformación de redes, a través de la utilización de
distintos servicios y/o aplicaciones.
Según Wikipedia “el término W eb 2.0 fue acuñado por O'Reilly en 2004 para
referirse a una segunda generación de Web basada en comunidades de
usuarios y una gama especial de servicios, como las redes sociales, los blogs,
los wikis o las folcsonomías, que fomentan la colaboración y el intercambio
ágil de información entre los usuarios”.
J osé Luis Orihuela nos explica que “el famoso boom de la llamada Web 2.0
está ligado al desarrollo de una serie de herramientas de software social que
han facilitado que la gente corriente se comunique, coopere y publique de
forma totalmente transparente. La Web social no es más que "la Web de la
gente", que es lo que siempre debió haber sido la Web. Un espacio para la
generación compartida de conocimientos, para el trabajo cooperativo a
distancia y para la publicación a escala universal de todo tipo de contenidos
(textos, imágenes, sonidos y vídeos). Estamos redescubriendo una verdad
elemental de nuestra especie: la gente quiere comunicarse y cooperar con
otra gente. Hoy finalmente disponemos de herramientas muy accesibles para
hacerlo a escala planetaria”.
En definitiva, lo que se intenta destacar es que la Web 2.0 podría ser una Web
orientada al acceso al conocimiento por la forma que tiene de construir sus
relaciones en red y funcionar como un inmenso banco de datos que, lejos de
estar en reposo, va movilizándose según los requerimientos de cada actor que
mueve una ficha en ese gran tablero, donde el juego central está basado en
las motivaciones genuinas por compartir, aprender, socializar y comunicarse.
Esto denota un sustancial cambio en las formas de relacionarnos, puesto que
somos herederos/as de paradigmas donde la información estaba centralizada,
las verdades eran prácticamente absolutas y las lecturas se direccionaban en
un sentido netamente lineal. Al abrirse el abanico del hipertexto, hubo ya un
primer cambio, pero al expandirse la posibilidad de ser interlocutores activos y
desde diferentes formas de representación, entramos a dimensiones sociales
que aún permanecen en estado de investigación, puesto que si se trata de
nuevos paradigmas, los estamos construyendo.
Día a día podemos comprobar la incidencia de la tecnología en los procesos de
socialización, procesos en los que la escuela no queda relegada. Estos nuevos
recursos han venido para instalarse y van imponiéndose por sobre la voluntad
de quienes aún ofrecen cierta resistencia (en general, los adultos, que
encuentran en esta innovación un factor generador de problemas).
Una de las grandes experiencias de apertura al conocimiento puede llegar a
ser internet y la multiplicidad de posibilidades que ofrece para abordar desde
el campo educativo. Pero como ya sabemos, no sólo tenemos que asumir el
avance de la tecnología en la didáctica sino que, a la vez, nos encontramos
con el desafío de convertirnos en investigadores de los permanentes cambios
tecnológicos y sociales para comprender el contexto en el cual estamos
inmersos y en el que se desarrollan los procesos de aprendizaje.
Uno de esos cambios tiene que ver con el uso de la Web , que en la actualidad
se denomina Web 2.0, y cuyo mayor potencial, como ya hemos analizado, es
el capital cultural que es factible generar mediante la interacción de estas
prácticas tan flexibles.
Por ello es pertinente y hasta necesario que los docentes asumamos una
actitud de apertura, investigación, comprensión y apropiación de esta
filosofía, pues está poniendo en evidencia un importante cambio de
paradigma.
En el transcurso de un año, la Web ha cambiado notablemente y nos
encontramos con una serie de aplicaciones que podrían llegar a enriquecer
sustancialmente nuestros procesos y prácticas pedagógicas.
Podríamos sostener que la introducción de la Web 2.0 en el aula podría tener ciertas características positivas como:
- Alto grado de participación de los/as alumnos/as.
- Docentes estimulados para continuar procesos de profundización.
- Herramientas que facilitan instancias de producción, difusión y descentralización para
la circulación de la información.
- Manejo de nuevos lenguajes y códigos éticos (compartidos).
- Procesos de pensamiento divergente que escapan a la estructura lineal a la que
estábamos acostumbrados.
- Mayor y mejor acceso a la información.
- Mejoras en los vínculos interpersonales.
- Estimulación de la flexibilidad ante la diversidad.
- Propician la investigación y la curiosidad por aprender lo que (aparentemente) es
desconocido.
- Actitudes solidarias para compartir información, encontrar similitudes y diferencias.
- Procesos creativos de construcción del conocimiento en grupo.
- Valoraciones y evaluaciones abordadas desde un criterio más amplio y abierto y no a
claustro cerrado y unidireccional.
- Facilidad parar compartir material (en diversos formatos), a través de los servicios de
- Circulación dinámica de las producciones de los alumnos a través de Internet y otros
medios de comunicación.
- Utilización de software para realizar distintos tipos de producciones y solucionar así
bloqueos en los procesos creativos.
- Retroalimentación permanente de las producciones.
- Mayor grado de identificación y compromiso.
- Mayor intervención de los padres o familiares, que pueden acceder fácilmente a las
producciones de sus hijos/as.
- Seguimiento personalizado de la institución, mediante el acceso a los procesos de
los/as alumnos/as.
Es necesario un cambio de estructuras de pensamiento. Y reconocer que dado
que somos los docentes los que estamos en contacto diario con los
alumnos y las instituciones– las transformaciones no sólo vienen desde las
políticas educativas –que son necesarias– sino que además está en nosotros
la responsabilidad de generar una transformación en el medio en el que nos
desenvolvemos.
Uno de los objetivos que se han de plantear, es aproximarnos a una mirada diferente sobre la utilización de la Web pero, sobre todo, comenzar a reflexionar respecto de
nuestras propias prácticas y atrevernos a transitar la mutación entre el hábito
de ser consumidores, reproductores de un sistema, para convertirnos en
productores y creadores de contenidos. Para lograrlo, tenemos la invitación a
generar un espacio donde poder compartir, dentro de la plataforma, mediante
los foros, chat, visitas a sitios web, etc., y también a iniciar una experiencia
práctica de trabajo con un blog educativo (edublog), enriquecido por las
aplicaciones Web 2.0 que sean pertinentes en cada caso
Bibliografía consultada
Cobo, Cristóbal “La Revolución Web ”. México
www.ergonomic.blogspot.com
Fumero, A. y Roca, G. “Web 2.0” Fundación Orange
http://www.fundacionauna.com/areas/25_publicaciones/publi_253_11.asp
López García, G. “El ecosistema digital”. Universitat de Valencia.
www.uv.es/guilopez
Orihuela, J.L. “eCuaderno”
www.ecuaderno.com
Sociedad de las Indias Electrónicas
www.lasindias.com
Mapa web 2.0
http://www.fundacionauna.com/areas/25_publicaciones/mapafinalposter.pdf
Web Educativa 2.0
http://aulablog21.wikispaces.com
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